martes, 6 de abril de 2021

Cultura Inclusiva

 

EDUCACION INCLUSIVA

La educación inclusiva es un proceso de fortalecimiento de la capacidad del sistema educativo para llegar a todos los educandos, implica la transformación de las escuelas y de otros centros de aprendizaje para atender a todos los niños, niñas y adolescentes que pertenecen a grupos étnicos y lingüísticos minoritarios o a poblaciones rurales, aquellos afectados por el VIH y el SIDA o con discapacidad y dificultades de aprendizaje–, y para brindar también oportunidades de aprendizaje a todos los jóvenes y adultos (UNESCO, 2009).
“Todos los niños y jóvenes del mundo, con sus fortalezas y debilidades individuales, con sus esperanzas y expectativas tienen derecho a la educación. No son los sistemas educativos los que tienen derecho a cierto tipo de niños. Es por ello, que el sistema educativo de un país es el que debe ajustarse para satisfacer las necesidades de todos los niños y jóvenes.” (B. Lindqvist, 1994)

La Educación para Todos

La educación inclusiva es el camino para lograr una

educación para todos, ya que significa

Ofrecer una educación de calidad, sin discriminación de ninguna naturaleza.

Transitar hacia un enfoque que considere la diversidad de identidades, necesidades y capacidades de las personas, favoreciendo el pleno acceso, la conclusión de estudios y los logros de aprendizajes de todos, con especial atención a quienes se encuentren en situación o riesgo de exclusión.

Eliminar o minimizar las barreras que limitan el aprendizaje y la participación de todo el alumnado. Muchos estudiantes experimentan dificultades porque no se tienen en cuenta sus diferencias en los procesos de enseñanza y aprendizaje disminuyéndoles la accesibilidad al currículo y su posibilidad de aprender (Cortés, 2010).

Educación Inclusiva

 ORIGEN DE LA EDUCACION INCLUSIVA

La lucha por cambiar este panorama se remonta a los años setentas, en donde padres de familia de hijos con necesidades educativas especiales y algunas organizaciones pugnaron por el derecho a una educación de calidad, por la no segregación y por la escolarización en los centros educativos regulares (Arnaiz, 2004; Echeita, 2006).

A partir de entonces y hasta hoy los principios de normalización, integración e inclusión han sido claves importantes para debatir, defender, proponer y delinear acciones a seguir. A fin de que todas las personas sin distinción de raza, credo, nivel económico, discapacidad o cualquier diferencia, tengan los mismos derechos sociales, educativos, de salud, seguridad, laborales y políticos.

La integración ha estado ligada irremediablemente a los alumnos con discapacidad o con necesidades educativas especiales, lo que ha llevado a muchos autores a criticar el uso de los términos ya que en particular el “especial” tiene una carga ideológica que delimita de entrada una diferencia e inferioridad propiciando la exclusión.

La responsabilidad de la escuela y en particular del profesor es hacer reformas, adaptaciones curriculares y diseñar programas específicos para atender a la diferencia, mismos que no en todos los casos se puede realizar, algunas veces debido a que los profesores no están capacitados para ello y en otras por la cantidad de actividades que está obligado a realizar cotidianamente. En algunos casos no se tiene el apoyo de la institución, los recursos para llevar cabo dichas adaptaciones o el apoyo de los padres, tan necesario en estos casos.

Diversidad

  DIVERSIDAD


ATENCION A LA DIVERSIDAD

La atención a la diversidad ha sido una preocupación de la enseñanza desde hace algunas décadas. Para Gairín (1998), existen dos tipos de estrategias al abordar la atención a la diversidad que conviene diferenciar.

Por un lado, habla de estrategias didácticas basadas en programaciones diferentes –tal y como establece la normativa- en las que la diferenciación curricular será más o menos significativa, según se fomente una diferenciación de objetivos y contenidos o bien una diferenciación más bien del tipo de actividades, materiales y metodologías propuestas (proporcionar más tiempo, reordenación de la clase o evaluación integradora).

Por otro lado, menciona las estrategias organizativas que requieren de un planteamiento más estructural, que afecta a decisiones que traspasan muchas veces el nivel aula porque afectan, de un modo u otro, a la propia organización del centro educativo: desde la mera accesibilidad a los espacios físicos, pasando por el aula de apoyo, los sistemas de refuerzo educativo, los horarios a la carta, la diferenciación de itinerarios, hasta los agrupamientos flexibles, los talleres y los rincones.

Martín y Mauri, (2011). suelen presentar estrategias para el aprendizaje significativo basadas en una enseñanza situada y experiencial: solución de problemas auténticos, aprendizaje servicio: análisis de casos, proyectos, simulaciones situadas, entre otros.
 
Por tanto, el reconocimiento de la diversidad configura una nueva forma de entender las relaciones socioeducativas y culturales, nuevas maneras de pensar, actuar, convivir y sentir, alternativas globales dispuestas para generar un aprendizaje funcional y para la vida –pilares básicos- (Delors, 1996).